sábado, 6 de agosto de 2011

Un desmayo


Trevor subió las escaleras de emergencia detrás del elevador hasta el último piso. Llevaba tres semanas tomando un nuevo medicamento contra la depresión que causaba confusión y aturdimiento. Llegó al techo del edificio, trepó por el parapeos un momento para olvidlástico verde, a que pensar en cómo resolver la situación y se sintió de pronto relajado y feliz. Eran las siete de la noche en la esquina de Bpaso en falso, tropezó y cayó. Pasó en cámara lenta frente a la fachada del edificio de ladrillo y sintió todo su cuerpo que crujía de dolor en el balcón de sus vecinos dos pisos más abajo. Arriba había nubes en lugar de estrellas, las luces estaban apagadas, y no podía volver a entrar a entrar al edificio. Estaba atrapado afuera, molido. Cerró los ojos un momento para olvidarse de que tenía que p-width: 0px; border-color: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-widthowery con Bond y alrededor había una fiesta. Eran los clientes del CBGB que se pinchaban los brazos en la calle. Patty Smith pasó flotando en una foto con Robert Mapplethorpe, bidimensional y plástica. The Ramones y The Clash rompían guitarras en una nube de diamantina suspendida en el aire y un coro de polacos ucranianos bailaba una mazurka con las bocas llenas de pizza.
Era el círculo exterior del infierno, donde se mezclaban el recuerdo y el olvido, una ciudad multicolor con tiendas de diseño en cada esquina y cafés gratuitos para todos en tazas de porcelana pintadas como vasos desechables.
Cuando se levantó llevaba un saco holgado de lana ligera de color gris claro, una camisa de cuello Mao y un pantalón de tiro bajo. Todavía medio aturdido cruzó la calle, saludó al portero de librea roja y subió a su nuevo departamento en el centro de Noho (North of Houston), un condominio único de 2100 pies cuadrados (195.1 metros cuadrados) con una terraza privada casi del mismo tamaño. Allí tenía todo lo que quería, desde la cocina Poggenpohl de acero inoxidable con el lavavajillas Bosch y estufa Viking hasta una alcoba con vestidor y baño de tina y regadera separadas y mucho espacio para guardar todas sus cremas y tratamientos innecesarios, pues la vejez no llegar tiempo lo alcanzó, a Houston.

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