domingo, 17 de octubre de 2010

Costumbres del ojo 14┇ La fantasía de la Europa unida y la auto regulación de las democracias liberales


Hace un par de días me enteré en una conversación de que Margaret Thatcher y François Mitterrand le pidieron a Gorbachov que no permitiera la reunificación de Alemania. Esta postura de los dos jefes de estado es exactamente la contraria a la que se hizo pública durante el fin de la Guerra Fría y arroja nueva luz sobre viabilidad de la Unión Europea. La razón era que si las dos Alemanias volvían a ser una sola, ese país sería una nueva potencia, que eventualmente sería la mayor de Europa, como de hecho sucedió. La reunificación, según la revista Der Spiegel, estuvo condicionada a la renuncia al marco y la aceptación de una moneda europea.

La conversación de la que hablo era parte de una discusión permanente más amplia sobre la idea de que el modelo democrático liberal tiende a auto regularse en pro del bien común, y sobre la eficacia de esa regulación. Los puntos álgidos de ese proceso, y por lo tanto de la discusión, ocurren cuando se descubre información clasificada como la que cité.

Otra información que se dio a conocer recientemente es que entre 1946 y 1948 el Servicio de Salud Pública estadounidense infectó y propició la infección con sífilis y gonorrea de 696 personas en Guatemala para estudiar el mecanismo de la infección y la posibilidad de usar la penicilina como profilaxis contra esas enfermedades. La investigación de Susan Reverby, de la Universidad de Wellesley, hizo que el gobierno estadounidense pidiera perdón de manera oficial al gobierno de Guatemala.

Independientemente de los hechos, el punto central es que el descubrimiento de Susan Reverby fue llevada a cabo en una universidad estadounidense, y que la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, lejos de tratar de acallar la investigación, llamó personalmente a al presidente guatemalteco para pedirle perdón a Guatemala.

Si bien me parece excelente que en una sociedad transparente las atrocidades salgan eventualmente a la luz, es también cierto que el hecho de que salgan a la luz y se pida perdón o se castigue a los culpables no cambia el hecho de que en su momento fueran posibles y que alguien de un gobierno democrático ordenó o aprobó que se llevaran a cabo.

De la misma manera, el hecho de que pueda saberse que el presidente francés y la primera ministra británica trataron de impedir la reunificación de Alemania no hace sino destacar la contradicción entre el discurso político oficial y los hechos.

Lo primero que me pasó por la cabeza al hablar de este tema fue un cuento del escritor francés Alphonse Daudet titulado “La última lección”. El cuento narra, desde el recuerdo de un niño alsaciano, la última clase de francés antes de que Prusia impusiera el alemán como lengua oficial en Alsacia tras el Tratado de Frankfurt-am-Main de 1871, que devolvía esa provincia al dominio alemán.

El cuento invoca la nostalgia por la pérdida de un idioma natal (el francés), en una zona donde el protagonista es el pequeño Franz, y todos los otros personajes ostentan nombres alemanes. El relato se puede ver como una inteligente estrategia de manipulación nacionalista de Daudet (el cuento casi termina con la frase Vive la France!).

Un siglo y treinta y nueve años después, cuando se cuestionan acuerdos hechos en la ciudad alsaciana de Estrasburgo sobre la reunificación de Alemania, vale la pena revisar este cuento y las ideas y sentimientos que despiertan en el lector. El cuento destaca a la vez la estrecha conexión que existe entre las diferentes culturas que conforman la Unión Europea y la fragilidad esencial de esos mismos lazos a pesar de miles de años de historia común.

No sé si hay una moraleja o una lección en esta historia, por el contrario, yo tengo más preguntas. Tal vez desde la distancia las estrellas de la bandera de Europa brillan más que desde adentro. Después de todo, hace apenas unos años hubo una guerra de limpieza étnica en un país que parecía estar a una distancia segura de la OTAN y del Pacto de Varsovia.

El comentario de un historiador francés en el sitio Presseurop es que el gobierno alemán se está haciendo la víctima ahora que tras la crisis griega a Alemania le tocó salvar la economía europea.

Habrá que pensar mucho más, y leer más y discutir más. Por lo pronto los invito a leer al bloguero Pierre Sogol, que es quien me informa de todos estos temas, y conocer su polémico punto de vista en cuestiones políticas.

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