martes, 7 de diciembre de 2010

Costumbres del ojo 20 ┇ De libros, listas y consumo cultural


Hoy que en Territorio Liberado hablamos de los libros más vendidos de este año, podemos revisar rápidamente cuáles son los mejores libros de todos los tiempos de acuerdo con una lista que publicó el diario inglés The Guardian.
La lista comprende las preferencias de 100 escritores de 54 países, está en orden alfabético, y el único libro que aparece en el tope de la lista es Don Quijote.
Ya que la lista está elaborada en este año, y dado que los escritores somos (o deberíamos ser) lectores profesionales, podemos ver la relación entre lo que consume el gran público y lo que lo que los escritores consideran (consideramos) modelos literarios.

En realidad hacer listas es una de mis pasiones, casi tan fuerte como el masoquismo: no he leído ni siquiera lo que he leído, pues lo que cuenta es el País de las Letras que me tiene vetada la entrada hasta nuevo aviso. Para entonces, habrá nuevas glorias recién escritas, y nuevos clásicos debidos a la expansión del canon occidental para incluir a cada vez más autores de todo el mundo.
Yo comentaré aquí brevísimamente los pocos libros que conozco.
1. Chinua Achebe, Nigeria, (b. 1930), “Todo se desmorona”. Ni idea, pero dicen que es la respuesta africana a “El corazón de las tinieblas” y que es el primero de una serie que aborda de manera genial la colonización y la descolonización de África. Habrá que leerlo.
2. Hans Christian Andersen, Dinamarca, (1805-1875), “Cuentos”. Son mejores de lo que parecen, sobre todo “La reina de las nieves”.
3. Jane Austen, Inglaterra, (1775-1817), “Orgullo y prejuicio”. Uno de los libros más “visibles” y el antecedente directo de la cursilería contemporánea, no tiene sin embargo nada de cursi, sino todo lo contrario. Es la visión más descarnada y racional de los roles femeninos en una sociedad donde los sentimientos eran considerados moneda de cambio.
4. Honoré de Balzac, Francia, (1799-1850), “Papá Goriot”. O como decimos en México… “La Neta”. Quiero renacer en la rechoncha persona de Balzac para poder escribir este libro y “La piel de Zapa”.
5. Samuel Beckett, Irlanda, (1906-1989), Trilogía: “Molloy”, “Malone muere”, “El innombrable”. La verdad, yo prefiero “Esperando a Godot”, esta trilogía se me atora.
6. Giovanni Boccaccio, Italia, (1313-1375), “El Decamerón”. El padre de todos los marcos narrativos europeos es este libro escapista, deleite de refugiados de la Muerte Negra.
7. Jorge Luis Borges, Argentina, (1899-1986), “Ficciones”. El que conozca un escritor más influyente para en la literatura contemporánea, que tire la primera piedra.
8. Emily Brönte, Inglaterra, (1818-1848), “Cumbres borrascosas”. Diría que es la madre de todos los melodramas truculentos posteriores, pero creo que parte de su encanto es que es absolutamente irrepetible.
9. Albert Camus, Francia, (1913-1960), “El extranjero”. Si alguien piensa en The Cure, lo busco y le pego un tiro. Este libro inventó la identidad del ser humano en el siglo XX.
10. Paul Celan, Rumania/Francia, (1920-1970), “Poemas”. Gulp. Gulp. Gulp. Casi no conozco la poesía de Celan, considerado el más grande poeta en alemán de la segunda mitad del siglo XX. La traducción de José Luis Reina Palazón se ganó el Premio Nacional a la mejor traducción literaria de 1999 en España.
11. Louis-Ferdinand Celine, France, (1894-1961), “Viaje al fin de la noche”. Otro vacío en mi biblioteca, que por algún prejuicio, del que no soy consciente, no me apura tanto.
12. Miguel de Cervantes Saavedra, España, (1547-1616), “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de La
Mancha”. ¿Qué decir de la primera novela moderna europea que no hayan dicho ya todos los grandes críticos del mundo?
13. Geoffrey Chaucer, Inglaterra, (1340-1400), "Los cuentos de Canterbury". El padre del inglés moderno describió prácticamente todos los estamentos de la sociedad inglesa empleando todas las técnicas literarias habidas en su tiempo. No me canso de leerlo.
14. Anton P. Chéjov, Rusia, (1860-1904), “Cuentos”. Mi favorito es “La Mariposa”, personaje con el cual identifico a tanta gente… incluido yo.
15. Joseph Conrad, Polonia/Inglaterra, (1857-1924), “Nostromo”. Conrad es mi más grande reto, pero me esperaré para tener el nivel de inglés necesario para entenderlo (los pretextos que uno se inventa…).
16. Dante Alighieri, Italia, (1265-1321), "La Divina Comedia". El libro que inventó la literatura moderna europea contiene más humor del que nadie se imagina en nuestros días.
17. Charles Dickens, Inglaterra, (1812-1870), "Grandes esperanzas". Sólo he visto la película de mi compatriota Alfonso Cuarón, con una actuación maravillosa de Anne Bancroft. Lo que no justifica que sea un pasmarote y no haya leído la novela, of course.
18. Denis Diderot, Francia, (1713-1784), "Jacques el fatalista". Chale, y eso que estudié letras francesas. Tache.
19. Alfred Doblin, Alemania, (1878-1957), "Berlin Alexanderplatz". No llegué ni a la serie de televisión de Fassbinder…
20. Fyodor M Dostoievski, Rusia, (1821-1881), "Crimen y castigo"; "El Idiota"; "Los demonios"; "Los hermanos Karamazov". Pues sí, como les iba yo diciendo… nada más he leído “Crimen y castigo”.
21. George Eliot, Inglaterra, (1819-1880), “Middlemarch”. George Elliot… George Elliot… esto es una humillación pública, caray.
22. Ralph Ellison, Estados Unidos, (1914-1994), "El hombre invisible". No es la de novela de H.G. Wells que leí en mi adolescencia, sino la Bildungsroman de un afroamericano que se siente socialmente invisible.
23. Eurípides, Grecia, (c 480-406 BC), “Medea”. Otra obra que es necesario ver representada para sentirla. O filmada: la versión de Pasolini con María Callas es gloriosa, aun si se refiere más al mito que a la tragedia euripidiana.
24. William Faulkner, Estados Unidos, (1897-1962), “Absalom, Absalom”; “El ruido y la furia”. Si hay un autor que encarne el modernismo en Estados Unidos, es él. Todos lo veneramos, pocos lo leemos.
25. Gustave Flaubert, Francia, (1821-1880), “Madame Bovary”; “Una educación sentimental”. "Mi pobre Bovary sufre y llora en veinte aldeas de Francia" dijo Flaubert, y se quedó corto. Madame Bovary es una obra maestra de la misoginia internalizada, que por desgracia sigue vigente en programas tan “brillantes” como “The Real Housewives of Orange County”.
26. Federico Garcia Lorca, España, (1898-1936), “Baladas gitanas”. Tan poeta como dramaturgo,
a mí se me han quedado más “La casa de Bernarda Alba” y las “Bodas de Sangre”: “Me mojé las manos de sangre y me las lamí con la lengua. Porque era mía. Tú no sabes lo que es eso. En una custodia de cristal y topacios pondría yo la tierra empapada por ella”.
27. Gabriel García Márquez. Colombia, (b. 1928), “Cien años de soledad”; “El amor en los tiempos del cólera”. Por un largo tiempo estuve peleado con estos libros, tal vez porque adopté prejuicios ajenos. Ahora pienso que tienen el doble valor de representar su tiempo (de manera totalmente realista), y de desbordarse hacia confines literarios y lingüísticos muy lejanos, pero no tanto que no podamos cruzarlos a nado.
28. “Gilgamesh”, Mesopotamia (c 1800 BC). Si lo leí alguna vez, lo juro, pero si lo leyera de nuevo ahora, sería otro libro.
29. Johann Wolfgang von Goethe, Alemania, (1749-1832), “Fausto“. Para “Fausto“, el de Marlowe. Lo mejor de Goethe está para mi gusto entre “Las afinidades electivas” y “Las cuitas del joven Werther”.
30. Nikolai Gogol, Rusia, (1809-1852), “Almas muertas”. Ahh, aquí sí puedo decirles con toda confianza que lo leí, lo gocé, me reí, aprendí y más. Un gran libro, una sátira benigna y el espejo del alma rusa.
31. Gunter Grass, Alemania, (b.1927), “El tambor de hojalata”. Como Faulkner, retrata los modismos lingüísticos de la zona que describe. Me espero para espero para leerlo en alemán. Algún día.
32. Joao Guimaraes Rosa, Brasil, (1880-1967), “Gran Sertón: Veredas”. ¿Soy yo o hay menos traducciones de las que debería haber de literatura brasileña en México? Yo me quedo, seguramente por ignorante, con “Doña Flor y sus dos maridos” de Jorge Amado.
33. Knut Hamsun, Noruega, (1859-1952), “Hambre”. Bueno, no leí este, pero sí otro libro excelente sobre un vagabundo que iba de pueblo en pueblo trabajando, titulado “Bajo las estrellas de otoño”.
34. Ernest Hemingway, Estados Unidos, (1899-1961), “El Viejo y el mar”. ¿Really? No sé. Pero el inglés nunca volvió a ser el mismo. Se volvió clarísimo, casi telegráfico.
35. Homero, Grecia, (c 700 BC), “La Ilíada” y “La Odisea”. Hay gente que vuelve a ellos cada
año. Yo no. Pero son ineludibles. Si uno es de un extraño lugar donde no se lean, debería leerlos para poder entender el mundo actual y buena parte de sus derivaciones mitológico-literarias, de “Ulysses” de Joyce a “Omeros” de Walcott.
36. Henrik Ibsen, Noruega (1828-1906), “La casa de muñecas”. Ya la leí, ya la vi, ya sufrí, ya reí, y creo que se pondrá de moda de nuevo hasta el próximo siglo.
37. “El libro de Job”, Israel. (600-400 BC). Este libro y el “Cantar de los cantares” son, para mí, lo mejor del “Viejo Testamento”. ¿Quién los habrá escrito?
38. James Joyce, Irlanda, (1882-1941), “Ulysses”. Hay hasta el día “Bloomsday”, y no hay quien no sepa de qué se trata. Es sobre un tipo que se despierta convertido en cucaracha, ¿no?
39. Franz Kafka, Bohemia, (1883-1924), “Cuentos completos”; “El proceso”; “El Castillo”. En mi casa no había libros de Kafka porque decían que estaba loco, (¡puritanos ateos!) y porque además basta con vivir en México y hacer un trámite sin simplificación administrativa para vivirlo sin necesidad de leerlo.
40. Kalidasa, India, (c. 400), “Śakuntalā”. Con ese nombre, debe de ser un libro bellísimo.
41. Yasunari Kawabata, Japón, (1899-1972), “El rumor de la montaña”. Justo ese no lo he leído, pero “Lo bello y lo triste” fue para mi adolescencia lo que son hoy los libros de Stephenie Meyer para muchas (y muchos) adolescentes.
42. Nikos Kazantzakis, Greece, (1883-1957), “Zorba el griego”. Pues sé que hay un musical…
43. D.H. Lawrence, Inglaterra, (1885-1930), “Hijos y amantes”. Hace mucho había una película cuasi soft porno basada en “El amante de Lady Chatterly”, así que no sabía que pensar. Luego leí “Mujeres enamoradas”, y me desesperaba la Importancia Que Tenía Cada Palabra Y Cada Sentimiento De Cada Personaje… pero al leerlo en voz alta, me di cuenta de que cada frase era gloriosa. Así que éste definitivamente sí está en mi lista de pendientes a corto plazo.
44. Halldor K. Laxness, Islandia, (1902-1998), “Gente independiente”. Islandia es una isla muy al norte del mundo, llena de volcanes, donde una cantante chiquitita llamada Björk es el principal producto de exportación. Pero bueno, a lo mejor con la saga de moda sobre la chica del tatuaje del dragón se pone de moda encontrar joyas nórdicas ignotas.
45. Giacomo Leopardi, Italia, (1798-1837), “Poesía completa”. Uno de los grandes genios de la humanidad y gloria del Romanticismo más pesimista, que merecería ser mucho más leído.
46. Doris Lessing, Inglaterra, (b.1919), “El cuaderno dorado”. Otro hueco en mi lista y en mi
biblioteca.
47. Astrid Lindgren, Suecia, (1907-2002), “Pippi Medias largas”. Pues no, pero había una serie animada sobre esta, la niña más fuerte del mundo… ¿Y dónde quedó Selma Lagerlöf y el maravilloso viaje de Niels Holgersson montado sobre un ganso?
48. Lu Xun, China, (1881-1936), “Diario de un loco y otras historias”. La literatura china era canónica en la parte Este del mundo, y alguien muy valiente debería hacer una cruzada para darla a conocer.
49. Mahabharata, India, (c 500 BC). Otro clásico indio. El peso de tanta literatura épica es casi tan grande como el de mi ignorancia.
50. Naguib Mahfouz, Egypt, (b. 1911), “Hijos de nuestro barrio”. Pues no he leído a Nagub Mahfouz, quien por lo que veo fue un escritor prolífico y venerado. Las películas basadas en sus libros, por otra parte, no son muy invitantes (“El callejón de los milagros”, “Principio y fin”).
51. Thomas Mann, Alemania, (1875-1955), “Buddenbrook”; “La montaña mágica”. Creo que la mayoría conoce más al pobre profesor pederasta en potencia de “Muerte en Venecia”. Pero son libros ineludibles para entender el siglo XX.
52. Herman Melville, Estados Unidos, (1819-1891), “Moby Dick”. Otro clásico mucho más comentado que leído en nuestras latitudes. Y en las de arriba.
53. Michel de Montaigne, Francia, (1533-1592), “Ensayos”. Le tomó una vida escribirlos, así que tenemos toda una vida para leerlos. En francés, con el diccionario de latín al lado. Los highlights no valen la pena.
54. Elsa Morante, Italia, (1918-1985), “Historia”. ¿Elsa Morante? ¿En serio? No Carlo Emilio Gadda. Elsa Morante. ¿Quién hizo esta lista?
55. Toni Morrison, Estados Unidos, (b. 1931), “Amada”. Elegida y elogiada por todos y todas como La Voz de los Estados Unidos, quería escribir novelas como Ella Fitzgerald y Nina Simone cantaban canciones. Para muchos lo logró. Yo sigo esperando la oportunidad para comprobarlo.
56. Shikibu Murasaki, Japón, (N/A), “La novela de Genji” Ya terminé la primera parte, pero no me alcanzó para la segunda, pues las ediciones de Atalanta son carísimas, así que sólo puedo decirles que la primera mitad es una de las mejores primeras mitades de la historia de la literatura. Y la primera novela psicológica, mientras no se descubran las joyas literarias perdidas de Mesopotamia, o Laos, o algo así.
57. Robert Musil, Austria, (1880-1942), “El hombre sin atributos”. Y yo, que sí creo haberla leído, soy El hombre sin memoria.
58. Vladimir Nabokov, Rusia/Estados Unidos, (1899-1977), Lolita. Pues el nombre ya se volvió una palabra de uso corriente. Además de dos películas exitosas. Nabokov es una de las mejores importaciones estadounidenses del siglo XX.
59. Njaals Saga, Islandia (c 1300). Una saga sobre la inteligencia en la islandia medieval. Islandés sí no voy a aprender en mucho tiempo...
60. George Orwell, Inglaterra, (1903-1950), “1984”. No era ciencia ficción, era más bien una obra política visionaria, un poco como la obra de Swift. Ja, no es cierto, no tengo idea, sólo he leído un panfleto sobre el idioma inglés y como ha decaído.
61. Ovidio, Italia, (c 43 BC), “Las metamorfosis”. Otra obra que debemos leer más, no por su innegable estatura de clásico, sino por su cercanía con nosotros. Hay una versión de Ted Hughes.
62. Fernando Pessoa, Portugal, (1888-1935), “Libro del desasosiego”. Pues yo he creo que “Tabaquería” es ya una de esas obras, como “La tierra gasta”, que ha alcanzado un estatus de ícono cultural. Gran poema.
63. Edgar Allan Poe, Estados Unidos. (1809-1849), “Cuentos completos”. Uno de los pocos escritores que sí es tan leído como influyente.
64. Marcel Proust, Francia, (1871-1922), “En busca del tiempo perdido”. Y pensar que André Gide no quiso publicarlo en Gallimard porque pensó que era una especie de cronista de sociales.
65. Francois Rabelais, Francia, (1495-1553), Gargantua y Pantagruel. Desde Rabelais, la literatura francesa no ha vuelto a ser la misma. Por su verbosidad, por su humor, por su sabiduría, por su poder. Ahora la distancia los hace menos instantáneamente divertidos, pero si logramos brincar la barda, son para tirarse al piso y retorcerse.
66. Juan Rulfo, México, (1918-1986), Pedro Páramo. Aquí si no hay pretexto que valga. A leer. Sólo tiene este y “El llano en llamas".
67. Jalal ad-din Rumi, Afghanistan, (1207-1273), “Mathnawi”. (Volteo discretamente hacia otro lado).
68. Salman Rushdie, India/Inglaterra, (b. 1947), “Hijos de la medianoche”. Su bella esposa dirige un reality show de chefs, ¿sabían?
69. Sheikh Musharrif ud-din Sadi, Iran, (c 1200-1292), “El huerto”. Aquí es donde uno reconoce humildemente su eurocentrismo y casi se retira.
70. Tayeb Salih, Sudan, (b. 1929), “Season of Migration to the North”. O aquí…
71. Jose Saramago, Portugal, (b. 1922), “Ensayo sobre la ceguera”. Pues todavía no lo leo, pero es tan popular que probablemente para cuando llegue a él ya habrá sido editado en una versión buena y muy barata.
72. William Shakespeare, Inglaterra, (1564-1616), “Hamlet”; “King Lear”; “Othello”. Sí, sí y sí. (Ufff). Y hasta “Macbeth”, y “Romeo y Julieta”, y “La tempestad”. La que no, por otra parte, es “Ricardo II”, que tal vez sea la mejor desde el punto de vista poético.
73. Sófocles, Grecia, (496-406 BC), “Edipo rey”. Cuando Michel Foucault escribió su conferencia “¿Qué es un autor?” y mencionó a los generadores de discursividad, probablemente tenía en mente fenómenos como el “complejo de Edipo” de Freud.
74. Stendhal, Francia, (1783-1842), “Rojo y negro”. Por si alguien no lo sabe, Stendhal dedicó su obra a los “happy few” (que hasta yo he copiado para mi ficha biográfica en esta columna), pues sabía que sus libros eran la hostia consagrada y de una modernidad apabullante.
75. Laurence Sterne, Irlanda, (1713-1768), “Vida y opiniones de Tristram Shandy”. Un libro más que queda en mi lista de pendientes por leer muy pronto.
76. Italo Svevo, Italia, (1861-1928), “La conciencia de Zeno”. Joyce lo aclamó. Se le estudia en los cursos de literatura. Tiene denominación de origen. (No, no lo he leído, gracias).
77. Jonathan Swift, Irlanda, (1667-1745), “Los viajes de Gulliver”. Divertidos, geniales, actuales. Pero casi prefiero “Una modesta propuesta” (para acabar con el hambre en Irlanda devorando bebés).
78. Leo Tolstoy, Rusia, (1828-1910), “La Guerra y la Paz”; “Anna Karénina”; “La Muerte de Iván Ilich y otras historias”. Ok, reconozco que de estos sólo he leído “Anna Karénina”, pero a mi favor puedo decir que también leí “Resurrección” y es gloriosa. ¿A ver?
79. “Las mil y una noches”. India/Iran/Iraq/Egypt, (700-1500). Mi libro favorito. Antes de que en Europa escribieran Bocaccio y Chaucer, antes de que se pusieran de moda los cuentos populares, existía ya este gigantesco y variopinto grupo de relatos, a cual más apasionante. Es como cuando en Europa te ponían sanguijuelas para curarte la peste y en Egipto había hospitales con pabellones separados con agua corriente y tratados de anatomía.
80. Mark Twain, Estados Unidos, (1835-1910), “Las aventuras de Huckleberry Finn”. Sí, es grande, pero he oído decir que sus libros “para adultos” son incluso mejores.
81. Valmiki, India, (c 300 BC), “El Ramayana”. Y dale con las epopeyas que no he leído. Grrr.
82. Virgilio, Italia, (70-19 BC), “La Eneida”. Sólo los romanos pudieron inventarse una genealogía que venía desde los perdedores de una guerra y salirse con la suya.
83. Walt Whitman, Estados Unidos, (1819-1892), “Hojas de hierba”. Otro poeta tan bueno como leído. “En el jardín de enfrente de una vieja casa, junto a la cerca blanca,hay un arbusto grande de lilas con sus hojas en forma de corazón verde brillante,lleno de puntiagudos capullos delicados, con el perfume firme que amo, cada hoja un milagro - Y de este arbusto con sus capullos delicadamente coloreados y las hojas en forma de corazón verde brillante,corto una rama con su flor".
84. Virginia Woolf, Inglaterra, (1882-1941), “Mrs. Dalloway”; “Al faro”. Si alguien duda de que las mujeres sean tan buenas escritoras como los hombres (estilo Luis González de Alba) su condena en el purgatorio debería ser oír las obras completas de Virginia Woolf. Seguro que así se redime y llega al cielo.
85. Marguerite Yourcenar, Francia, (1903-1987), “Memorias de Adriano”. Les juro que no estaba en el programa de literatura francesa del siglo XX cuando yo estudié la carrera. Shame on me!

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