viernes, 22 de abril de 2011

Familias





El tema de esta semana en Territorio Liberado es la familia y debo reconocer que no es un tema que me parezca muy atractivo. La verdad es que mi familia parece más una leyenda que otra cosa.

Siempre que cuento su historia siento como si estuviera contando una serie de mentiras fantásticas que sirven como pretextos para ilustrar o justificar las acciones y costumbres de los miembros. Solo mencionaré que mi padre no es mi padre, mi madre no es quien dice ser, mis hermanos siempre me han visto como si fuera adoptado y recientemente descubrí que tengo una serie de hermanos nuevos de los cuales apenas conozco a una hermana que vive en la ciudad de México.

Lo que es cierto es que mis padres hicieron siempre lo que quisieron, y nunca nos impusieron un modelo de familia inexistente para ellos. Por otra parte, creo que las relaciones problemáticas que se han dado entre todos los miembros del clan familiar están basadas en neurosis añejas que fueron a su vez heredadas de otras anteriores.

Así que por una parte no tengo un modelo al cual aferrarme, pero por el otro, creo que cualquiera que haya sido el modelo de vida con el crece un ser vivo lo determina para bien y para mal.

Al pensar en escribir sobre la familia, lo primero que pensé fue en hacer una brevísima encuesta para saber que piensan de la familia un par de amigos queridos, que son hermanos y muy unidos.

Los resultados fueron interesantes, pues por lo visto cada quien proyecta sobre “La Familia” distintos fantasmas que reflejan más o menos su idea general del mundo.

Uno de los hermanos encuestados dijo que las palabras que de definen a la familia actual son perro, camioneta, departamento, teléfono celular y escuela de los niños, es decir, "familia" le suena a un modelo en el que se ve reflejado y contra el cual se opone, aunque no podría verlo con tanta claridad si no perteneciera a él.

En cambio, su hermana usó las palabras que para ella definen a su propia familia: compañía, soporte, cariño, límites y cómplices. Para mí, las palabras definitorias son: traumas, hábitos, cultura, educación y destino.

Lo curioso es que creo que para los tres estas palabras definen tiempos diferentes: para mí son el pasado a pesar del presente, para mi amigo son el presente abstracto basado en el pasado y para mi amiga, el presente independientemente de ideas preconcebidas.

¿Y para todos los demás? ¿Es posible hablar siquiera de la familia como se hablaba antes, del modelo victoriano de familia nuclear?


Imagen en su contexto original

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