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Mi cuento favorito es recurrente: "si reina un día fuera/ dijo la hermana primera/daría al mundo un festín/ que nunca tuviera fin". Es la hermana mayor de tres, la que acabará de cocinera en palacio. A la mediana le corresponde el taller real de hilados, mientras a la más joven le toca el papel irreprochable de ser la Madre, la creadora directa e indirecta de reyes y reinos mágicos, la esposa del Zar Saltán. Los versos que recuerdo desde la infancia están indisolublemente ligados a las ilustraciones. Las mejores son las de Víctor Vasnetsov e Iván Bilibin, dos maestros que tomaron elementos de la pintura realista rusa del siglo XIX para recrear el mundo terrible y maravilloso del folclor ruso.
Otro gran ilustrador de literatura fue Gustave Doré, pero las imágenes que creó son, para mí, las hermanas mayores de la verdadera generadora de magia (la literatura), mientras que las acuarelas de Bilibin compiten por el primer puesto con la Madre, como la Princesa Cisne del cuento del Zar Saltán, que recrea mundos mágicos aunque nunca deja satisfecho a su príncipe Guidón.
¿Son las ilustraciones las hermanas pobres de los cuadros, hermanas resentidas y celosas que nunca logran algo más allá que cumplir una función? ¿O son, por el contrario –como la arquitectura–, más nobles por el propósito mismo que les insufla vida? Lo pragmático, lo sublime, lo útil: todas ellas categorías evocadas por Fluxus en el manifesto de George Maciunas de 1966: "Exclusividad, Individualidad, Ambición... Trascendencia, Rareza, Inspiración, Habilidad, Complejidad, Profundidad, Grandeza, Valor Institucional y Mercantil". Lo que sirve para destronar al arte, sirve o no sirve para entronizar al diseño.
La charla preocupada desemboca en una pregunta: ¿es posible llevar por la calle un vestido de María Antonieta con la misma prestancia que es posible colgar un cuadro de Rembrandt en la sala de una casa? Tal vez resulta hoy más "artístico" usar el vestido de María Antonieta, reinstaurarlo como pieza dueña del Sentido, y llevar a Rembrandt a la guillotina.
Imagen de Bilibin para Valisila la hermosa
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